La avena y las moras son los sabores que me transportan a
aquella larga temporada que viví en Oregón. Recolectar moras en largos
sembradíos, desayunar avena con miel de maple e intentar contar los diferente
colores de las hojas de los árboles en el otoño parece ya el recuerdo de un sueño muy lejano.
Fue esa época de mi vida en la que la delicia de los alimentos naturales,
no procesados y no refinados me encantó y determinó la
alimentación que intento llevar hoy en día.
El secreto que hace a esta sencilla receta deliciosa es la mantequilla dorada o "beurre noisette" como se le conoce originalmente. Estas galletas de avena y arándanos son perfectas con un latte frío en el verano o un té negro con leche en el invierno.
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Si buscas algo aún más saludable te recomiendo estos bisquets de manzana y avena
Tal vez quieras hacer una mermelada casera de fresa / balsámico / pimienta
Algo muy fresco es este crumble de de fresas, *lleva flores de saúco*
Finalmente un pastel de moras y avena. Perfecto para recibir visitas y acompañarlo con té.
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