Después de una maravillosa travesía dentro del mundo de la ilustración infantil regreso a la pintura impregnada de mucha alegría y lista para integrar la inocencia y espontaneidad de la ilustración a la pintura, que siempre me ha sabido a trazos sencillos y composiciones armoniosas. Espero que el resultado de esta mezcla sea algo sencillo pero a la vez reflexivo.
Este reencuentro con la pintura comienza con lo más básico: un pincel, un tubo de pintura negra y una hoja blanca. Se trata de retratos sencillos que buscan la expresividad con trazos simples y espontáneos.
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